Los Agradecimientos de tu TFG: La Guía Definitiva para Poner el Broche de Oro

Estás en la recta final. El TFG (o el TFM) casi está listo. Has sudado tinta, has pasado noches en vela y, por fin, ves la luz al final del túnel. Pero, de repente, te topas con esa página en blanco que te mira desafiante: los agradecimientos. ¿Te suena, verdad? Muchos opositores y estudiantes con los que trabajo me confiesan que este apartado les genera más dudas de las que parece.

¿Lo consideramos un simple trámite? ¿Una formalidad sin importancia? ¡Para nada! Piénsalo bien: los agradecimientos son el corazón de tu trabajo, la parte más humana y personal. Es tu oportunidad para demostrar gratitud y profesionalidad, para reconocer que nadie, absolutamente nadie, llega a la meta solo. Así que, vamos al lío, que te enseño a redactarlos para que queden de diez.

El toque personal: se escribe desde el corazón

Lo primero y más importante que debes tener claro es que esta sección rompe con el tono formal y académico del resto del documento. Aquí hablas tú. Se redacta en primera persona (singular si el trabajo es tuyo, o plural si sois un equipo) y es el único lugar donde puedes permitirte ser un poco más subjetivo y cercano.

¿A quién incluyo en la lista? El mapa de tus apoyos

Para que no se te olvide nadie fundamental, te propongo que hagas un pequeño mapa mental. Coge papel y boli y apunta.

Tu guía, tu faro: el tutor o tutora.

Empecemos por lo evidente, pero no por ello menos importante. Esa persona que ha leído tus borradores mil veces, que te ha corregido, te ha animado cuando flaqueabas y te ha empujado a dar lo mejor de ti. Merece un reconocimiento claro, sincero y en un lugar prioritario.

El empujón económico (si lo has tenido)

¿Tu investigación ha sido posible gracias a una beca, una ayuda de una institución o el apoyo financiero de alguna entidad? ¡Menciónalo! La ciencia y la investigación cuestan dinero, y ser agradecido con quien ha invertido en tu proyecto dice mucho de ti. Es de bien nacido ser agradecido, y en el mundo académico, más todavía.

Tu equipo de soporte vital: familia, pareja y amigos.

Aquí es donde el corazón habla más alto. Piensa en todos aquellos que te han aguantado los días de estrés, que te han preparado un café a las tantas de la madrugada, que te han dicho «tú puedes» cuando ni tú mismo te lo creías. No necesitas escribir un poema, pero unas palabras sinceras hacia ellos son el cierre perfecto.

El índice de tu TFG o programación: la guinda del pastel que el tribunal no pasará por altoEl índice de tu TFG o programación: la guinda del pastel que el tribunal no pasará por alto

Otras figuras clave.

¿Hubo algún profesor que te inspiró? ¿Un profesional de otro campo que te abrió una puerta? ¿El personal de la biblioteca o del archivo que te encontró ese documento imposible? Dedícales una línea. Son esos pequeños gestos los que, a menudo, marcan una gran diferencia.

Consejos finales para una redacción impecable

Ahora que ya sabes a quién, vamos con el cómo. Toma nota:

Sé sincero y directo

No hace falta usar un lenguaje rimbombante. La honestidad emocional conecta mucho más.

Breve y conciso

No es un capítulo más. Unos pocos párrafos bien estructurados son más que suficientes.

¡Revisa los nombres!

Parece una tontería, pero te aseguro que no lo es. Comprueba que escribes correctamente el nombre y los apellidos de todas las personas e instituciones. Es un detalle que denota respeto y cuidado.

En definitiva, los agradecimientos son el lazo que envuelve el regalo, ese broche de oro que culmina meses de esfuerzo. ¡Cuídalos como se merecen!

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Encuadernación de trabajos de fin de grado (TFG)